Con su conocida historia y el famoso santuario flotante, no se puede pasar por alto Hiroshima, un popular destino y la puerta a la frontera occidental menos explorada de Japón. Si continúas hacia el oeste con el tren bala Sanyo, podrás descubrir idílicas ciudades costeras y tener la oportunidad de explorar las islas del mar interior de Seto y los senderos que se dirigen a Kyushu y Shikoku. Sigue la ruta poco transitada hacia el interior y te verás recompensado con caminatas por picos impresionantes, como el monte Daisen, paisajes naturales simplemente divinos y la emoción del descubrimiento en Shimane y Tottori.
Tottori, la prefectura menos poblada de Japón, es un destino poco habitual caracterizado por su riqueza natural, que se ha mantenido prácticamente intacta a lo largos de los siglos.
Con inmaculadas playas isleñas, una antigua e importante mina de plata y uno de los santuarios más sagrados de Japón, Shimane y su belleza natural están cargados de mitología.
Jardines espectaculares, un imponente castillo y el histórico distrito de Kurashiki, caracterizado por sus múltiples canales, hacen que merezca la pena visitar Okayama.
Hiroshima alberga tesoros naturales como el mar interior de Seto, montañas boscosas y aguas cristalinas, que son un incentivo adicional para aquellos visitantes que acuden a la prefectura atraídos por su carácter pacífico, santuarios y museos.
Aléjate de las rutas habituales y pon rumbo a Yamaguchi, para disfrutar de sus grutas de piedra caliza, la tranquilidad de sus playas y una antigua ciudad amurallada.
A corta distancia en ferri desde el continente, Miyajima es una de las zonas más visitadas de la prefectura de Hiroshima.